Lecturas

"Man Reading Painting", de Franco Americano / www.saatchiart.com

Oscuros Ríos, de Juan Carlos Villavicencio.
Eso que llamamos modernidad líquida, la ausencia de solidez, de fundamento, es una experiencia que conocemos al menos hace dos mil quinientos años: entramos y no entramos en los mismos ríos, somos y no somos, dijo Heráclito. 

El imperativo de la humanidad, de Juan Manuel Garrido.
Una refundación de los derechos humanos, ni más ni menos, ese es el principio del libro El imperativo de la humanidad, del filósofo chileno Juan Manuel Garrido. ¿Cómo hacer esa refundación? 

El tiempo de la memoria, de Carlos Peña.
Tal vez los humanos somos, como todo animal, seres anclados al presente; conciencias ilusas, en el mejor de los casos. En el primer capítulo de El tiempo de la memoria, Carlos Peña cita a Freud, quien afirma que...

La dimensión desconocida, de Nona Fernández.
«… detener la mecánica del mal.» Luego de leer esas palabras en La dimensión desconocida, de Nona Fernández, anoté en el blanco de la página: la mecánica del mal… la mecánica de la imaginación. ¿La mecánica de la imaginación contra el mal?

El precio de la verdad. Don, dinero, filosofía, de Marcel Hénaff.
Según una historia que cuenta Nietzsche, la verdad pasó de ser una idea que se puede conocer (Platón) a ser una fábula que no obliga a nada (Kant). Con Kant, dice Nietzsche, la existencia de Dios no podía demostrarse, pero era pensable.

La historia de El capital de Karl Marx, de Francis Wheen.
Tengo entre manos el libro donde Wheen cuenta que Marx se identifica como artista: «Karl Marx se veía como un artista creativo, un poeta de la dialéctica. “Cualesquiera que sean los defectos que puedan tener, mis escritos tienen la ventaja de que conforman un todo artístico.”». 

Papeles personales, de Fernando Pessoa.
Un seudónimo es un nombre falso, o sea, supone que exista un nombre verdadero, real, o al menos anterior al seudónimo. Por ejemplo, el nombre es Lucila Godoy y el nombre falso es Gabriela Mistral. 

Eterna Juventud, de César Aira.
Un pasaje de Eterna Juventud (Hueders), la novela de César Aira protagonizada por un mapuche coleccionista de cabezas parlantes, me llevó a pensar en Descartes y su duda. 

Fantasía, de Alejandro Zambra. 
Me concentraré en un punto de Fantasía, el cuento de Alejandro Zambra ilustrado con siete inquietantes dibujos de Javiera Hiault-Echeverria. Me concentraré en un punto, digo, aunque en realidad son tres… Pues divagaré sobre los puntos suspensivos.

De memoria. Un breve elogio, de Pedro Gandolfo.
Además de crítico, columnista y ensayista; además de escritor, ¿Pedro Gandolfo es platónico? La pregunta viene al caso porque Platón, en voz de Sócrates, debe ser uno de los mayores amigos de la memoria... 

La enfermedad y sus metáforas / El sida y sus metáforas, de Susan Sontag.
Dejé estos apuntes abiertos mientras terminaba de leer La enfermedad y sus metáforas y El sida y sus metáforas. No pude evitar leer forzando cruces. Por ejemplo, donde ella dice que «es inimaginable estetizar esta enfermedad [el cáncer]», yo pensé y anoté: ¿eso intenta ella, estetizarse? 

Susan Sontag. Intelectualidad y glamour, de Daniel Schreiber. 
Voy a parafrasear, o tal vez a remedar a Susan Sontag en el comienzo de La enfermedad y sus metáforas: Todos tenemos una doble identidad, aquella que somos y aquella que decimos ser.

El elogio de la sombra, de Junichiro Tanizaki.
Tal vez los occidentales no estaban acostumbrados a la oscuridad, al vacío, como sí lo estaban los japoneses y «extremo-orientales» (según Tanizaki). La modernidad pilló a los occidentales sin ese hábito, y por eso al descubrir el vacío, la oscuridad, se desesperaron.

La mendiga, de César Aira.
Leí un texto en el que Hannah Arendt describe la libertad como un milagro, no en el sentido sobrenatural de la palabra, sino en el de un hecho que escapa a la cadena habitual de los hechos; el milagro como irrupción, como novedad, como acción. 

Sobre la agresión, de Konrad Lorenz.
Ya que el pensamiento es materialista, corporal, de este único mundo, la filosofía debe ser naturalista; la física, por ejemplo, no es ni más ni menos que filosofía natural. El austriaco Konrad Lorenz era naturalista... 

Nostalgia del absoluto, de George Steiner.
En 1974, George Steiner dio cinco conferencias radiales, publicadas como Nostalgia del absoluto. En ellas propone una reflexión: la decadencia de los sistemas religiosos, singularmente del cristianismo, dejó un «inmenso vacío» en el mundo occidental.

Alienación, de Serge Margel.
La filosofía hay que leerla como literatura, como ficción. Hay que dejarse llevar por las palabras del libro que leemos, suspender nuestra relación con la realidad y pactar con el mundo que se nos presenta, comprender su lógica. 

La música de Rousseau, de Jenaro Talens.
En 1752, treinta y siete años antes de que Francia se revolucionara, una compañía itinerante italiana triunfó en la Ópera de París gracias a un espectáculo de intermedios y óperas bufas —o sea, cómicas o graciosas.

Karl Marx, de Francis Wheen. 
Están los que aman y odian a Karl Marx (1818-1883), los marxistas y antimarxistas; y están aquellos que lo leen... y tratan de comprenderlo. Entre estos últimos habría que contar al escritor y periodista británico Francis Wheen. 

Sobre el arte contemporáneo seguido de En la Habana, de César Aira. 
Siempre que leo a Aira me ronda en la cabeza la idea de milagro. O mejor lo digo así: Aira me implantó esa idea y ahora me la encuentro explícita e implícitamente en sus libros, una y otra vez.